
Yo Robot, de Isaac Asimov
Me gustaría comentar sobre una obra que tienen en su lista de libros para regalar, pues es una lectura que disfruté y me impactó mucho hace algunos años. Se trata de Yo Robot, de Isaac Asimov.
Yo Robot se publicó en 1950, y forma parte de la llamada Saga de la Fundación, conjunto de más de una decena de obras verdaderamente fantásticas que tratan sobre una ciencia ficción que el ser humano podría estar viviendo en un futuro no muy lejano.
Susan Calvin, doctora en Filosofía y robotpsicóloga de la compañía U.S. Robots, y quien padece, por cierto, una aguda crisis de misantropía, relata a un periodista de la Prensa Interplanetaria sobre la evolución de las “máquinas”.
Y sus relatos lo dejan a uno pálido por momentos debido a las herméticas emociones que se logran en personajes como Cutie (QT1), robot que, a fuerza de la lógica que ha insertado el hombre en su cerebro, cae en la cuenta de que algo tan defectuoso no pudo haber creado máquinas tan perfectas, por lo que se nombra profeta de sus semejantes y se hace de un Dios digno de las máquinas.
También resaltan historias como la de Robbie, un robot mudo al que le encanta que su dueña, una pequeña llamada Gloria, le cuente la historia de La Cenicienta; logrando Asimov con este relato un extraño sentimiento de compasión hacia una máquina programada para fungir como niñera.
Las reflexiones a las que nos lleva la obra quizá más conocida del genial Isaac Asimov hacen que su lectura sea una experiencia de formación para cualquier persona que la lea, y como prueba he de citar sólo un fragmento:
--Pero está usted diciéndome, Susan, que la Sociedad Humanitaria tiene razón; que la Humanidad ha perdido su derecho de voto en el futuro...
-No lo ha tenido jamás, en realidad. Estuvo siempre a la merced de unas fuerzas económicas y sociológicas que no entendía, de los caprichos del clima y de los azares de la guerra. Ahora las Máquinas las entienden y nadie puede detenerlas, ya que las máquinas los dominarían como dominan la Sociedad, poseyendo, como poseen, las armas más fuertes a su disposición, el absoluto control de nuestra economía.
--¡Qué horrible!
-Quizá habría que decir: ¡qué maravilloso!
Libro recomendado por César Ricardo Olivares.
Me gustaría comentar sobre una obra que tienen en su lista de libros para regalar, pues es una lectura que disfruté y me impactó mucho hace algunos años. Se trata de Yo Robot, de Isaac Asimov.
Yo Robot se publicó en 1950, y forma parte de la llamada Saga de la Fundación, conjunto de más de una decena de obras verdaderamente fantásticas que tratan sobre una ciencia ficción que el ser humano podría estar viviendo en un futuro no muy lejano.
Susan Calvin, doctora en Filosofía y robotpsicóloga de la compañía U.S. Robots, y quien padece, por cierto, una aguda crisis de misantropía, relata a un periodista de la Prensa Interplanetaria sobre la evolución de las “máquinas”.
Y sus relatos lo dejan a uno pálido por momentos debido a las herméticas emociones que se logran en personajes como Cutie (QT1), robot que, a fuerza de la lógica que ha insertado el hombre en su cerebro, cae en la cuenta de que algo tan defectuoso no pudo haber creado máquinas tan perfectas, por lo que se nombra profeta de sus semejantes y se hace de un Dios digno de las máquinas.
También resaltan historias como la de Robbie, un robot mudo al que le encanta que su dueña, una pequeña llamada Gloria, le cuente la historia de La Cenicienta; logrando Asimov con este relato un extraño sentimiento de compasión hacia una máquina programada para fungir como niñera.
Las reflexiones a las que nos lleva la obra quizá más conocida del genial Isaac Asimov hacen que su lectura sea una experiencia de formación para cualquier persona que la lea, y como prueba he de citar sólo un fragmento:
--Pero está usted diciéndome, Susan, que la Sociedad Humanitaria tiene razón; que la Humanidad ha perdido su derecho de voto en el futuro...
-No lo ha tenido jamás, en realidad. Estuvo siempre a la merced de unas fuerzas económicas y sociológicas que no entendía, de los caprichos del clima y de los azares de la guerra. Ahora las Máquinas las entienden y nadie puede detenerlas, ya que las máquinas los dominarían como dominan la Sociedad, poseyendo, como poseen, las armas más fuertes a su disposición, el absoluto control de nuestra economía.
--¡Qué horrible!
-Quizá habría que decir: ¡qué maravilloso!
Libro recomendado por César Ricardo Olivares.