
Uruapan a través del tiempo y del espacio, de Francisco Hurtado Mendoza.
Interpretación más aceptada y recomendable para la palabra Uruapan: “Uruapan: Lugar donde brotan permanentemente los retoños de las plantas y se cubre de abundantes flores”.
En esta obra el maestro Francisco Hurtado Mendoza hace gala de su asombrosa capacidad de síntesis y aprovecha al máximo las escasísimas fuentes históricas confiables tomando lo mejor de ellas, y, aunado a su propia investigación de la memoria colectiva de personas entrevistadas por él, nos narra en forma amena, didáctica y sencilla, siguiendo un orden cronológico estricto y práctico, la Historia de este paradisíaco lugar donde por suerte nos ha tocado vivir.
Se puede decir que esta narración es un paseo por las calles de Uruapan, casi tomados de la mano del maestro, donde nos habla de cada calle, de cada esquina, de cada barrio y de cada hecho sucedido en las diferentes etapas de la vida de este pueblo.
Comienza la Historia desde los primeros fundadores de la región alrededor del siglo XII al XV después de Cristo, con un núcleo poblacional en el ahora Barrio de La Magdalena. Llegan posteriormente nuevos grupos estableciendo el reino tarasco o purhépecha, con presencia hasta el Estado de México, Colima, Guanajuato y Jalisco.
El año 1533 marca definitivamente a Uruapan con la llegada de Fray Juan de San Miguel y con la fundación del Uruapan Hispánico, distribuido en 9 barrios estratégicamente localizados y a prudente distancia, según el autor, para que no pelearan fácilmente entre sí. Los siglos XVII y XVIII transcurren con aparente calma.
Continúa la obra enlazando la Historia local con la nacional en las bárbaras guerras llamadas de Independencia, de Reforma y de Intervención francesa durante el siglo XIX, y posteriormente durante la Revolución Mexicana y la guerra cristera en el siglo XX, en las que hábilmente describe el maestro las preferencias de cada familia uruapense por tal o cual grupo, habiendo divisiones, no sólo de pobladores de Uruapan sino de las mismas familias y vecinos que apoyaban a unos y a otros, que terminaban con fatales consecuencias y frecuentes fusilamientos de personas por sus propios familiares o conocidos.
El libro culmina con una amplia descripción de la evolución histórica, social y cultural del siglo XX y XXI, tomando como base del tiempo las elecciones y logros de los diferentes presidentes municipales que hemos tenido o padecido.
Llama la atención que estos hechos, desde la fundación hispánica de Uruapan, siempre giran alrededor de un lugar: La Huatapera; edificio construido por Fray Juan de San Miguel en 1533 que fue centro cultural, social y de gobierno durante muchos años; no sólo, como se le conoce, un sencillo hospital de indios, sino una Casa de Gobierno de los uruapenses durante muchos años de La Colonia.
Por supuesto que recomiendo ampliamente este libro del maestro Hurtado Mendoza, y espero pronto se tome como texto autorizado de la materia que trata, ya que el conocimiento de la Historia mejora la educación y el nivel del pueblo que la conoce.
Con todo respeto: Dr. Humberto Solórzano Prieto.
Interpretación más aceptada y recomendable para la palabra Uruapan: “Uruapan: Lugar donde brotan permanentemente los retoños de las plantas y se cubre de abundantes flores”.
En esta obra el maestro Francisco Hurtado Mendoza hace gala de su asombrosa capacidad de síntesis y aprovecha al máximo las escasísimas fuentes históricas confiables tomando lo mejor de ellas, y, aunado a su propia investigación de la memoria colectiva de personas entrevistadas por él, nos narra en forma amena, didáctica y sencilla, siguiendo un orden cronológico estricto y práctico, la Historia de este paradisíaco lugar donde por suerte nos ha tocado vivir.
Se puede decir que esta narración es un paseo por las calles de Uruapan, casi tomados de la mano del maestro, donde nos habla de cada calle, de cada esquina, de cada barrio y de cada hecho sucedido en las diferentes etapas de la vida de este pueblo.
Comienza la Historia desde los primeros fundadores de la región alrededor del siglo XII al XV después de Cristo, con un núcleo poblacional en el ahora Barrio de La Magdalena. Llegan posteriormente nuevos grupos estableciendo el reino tarasco o purhépecha, con presencia hasta el Estado de México, Colima, Guanajuato y Jalisco.
El año 1533 marca definitivamente a Uruapan con la llegada de Fray Juan de San Miguel y con la fundación del Uruapan Hispánico, distribuido en 9 barrios estratégicamente localizados y a prudente distancia, según el autor, para que no pelearan fácilmente entre sí. Los siglos XVII y XVIII transcurren con aparente calma.
Continúa la obra enlazando la Historia local con la nacional en las bárbaras guerras llamadas de Independencia, de Reforma y de Intervención francesa durante el siglo XIX, y posteriormente durante la Revolución Mexicana y la guerra cristera en el siglo XX, en las que hábilmente describe el maestro las preferencias de cada familia uruapense por tal o cual grupo, habiendo divisiones, no sólo de pobladores de Uruapan sino de las mismas familias y vecinos que apoyaban a unos y a otros, que terminaban con fatales consecuencias y frecuentes fusilamientos de personas por sus propios familiares o conocidos.
El libro culmina con una amplia descripción de la evolución histórica, social y cultural del siglo XX y XXI, tomando como base del tiempo las elecciones y logros de los diferentes presidentes municipales que hemos tenido o padecido.
Llama la atención que estos hechos, desde la fundación hispánica de Uruapan, siempre giran alrededor de un lugar: La Huatapera; edificio construido por Fray Juan de San Miguel en 1533 que fue centro cultural, social y de gobierno durante muchos años; no sólo, como se le conoce, un sencillo hospital de indios, sino una Casa de Gobierno de los uruapenses durante muchos años de La Colonia.
Por supuesto que recomiendo ampliamente este libro del maestro Hurtado Mendoza, y espero pronto se tome como texto autorizado de la materia que trata, ya que el conocimiento de la Historia mejora la educación y el nivel del pueblo que la conoce.
Con todo respeto: Dr. Humberto Solórzano Prieto.